miércoles, 28 de noviembre de 2012

Caramelo Público


Caramelo Público 



“La salvación de los servicios públicos pasa por una gestión privada”. 

Hay un problema de fondo que se produce cuando los gobiernos se quieren lucrar a costa de privatizar  sectores dependientes del estado. Hay servicios que generan un beneficio social en vez de un beneficio económico y eso corre a cuenta de cualquier estado, un gasto social beneficioso para el conjunto de la sociedad.

Creo que nuestro estado social ha sido muy pobre durante los años de bonanza económica y la prueba está en que al primer tijeretazo del gobierno en este último año, todo ha desparecido. Hay servicios que no pueden  ni deben estar al amparo del poder lucrativo de las empresas. Al llegar a ese caso los “apoyos sociales” se convierten en sucios negocios que se deterioran y desaparecen con el tiempo. Todos hemos visto en que se ha convertido la energía eléctrica cuando han desaparecido los mecanismos reguladores del estado.

¿Qué va a suceder con la Sanidad?. Hay que recordar la cantidad de millones de todos los contribuyentes invertidos en la construcciones de centros de salud y hospitales, ¿para qué? Para ganar elecciones. Y ahora es un gasto que pasa a manos privadas elegidas a dedo; un ejemplo de cómo invertir dinero público para lucrar a gestores enchufados.

La educación, ¿qué pasa con la educación?, llevamos años pidiendo una mejora en la educación secundaria para nuestros hijos y en vez de sentarse y desarrollar una educación eficiente, nos dedicamos a cambiar de plan de estudios cada 4 años. Las generaciones llegan menos preparadas a la Universidad. La Universidad Pública está enferma, y está enferma porque nuestros políticos quieren controlarla y gestionarla y la vía que emplean es que cada año dan menos dinero en sus presupuestos generales. Esto acompañado de la subida de impuestos, se traduce en que la Universidad está abocada a la intervención por parte de la comunidad de turno.

Podríamos seguir hablando de diferentes sectores, ayudas eliminadas….Nuestro estado de derecho nunca ha sido un estado de bienestar, simplemente nos pusieron el caramelo en la boca, pero el caramelo era para ellos. Para nuestros políticos.